En la mano hay dos montes de Marte. Ambos reflejan las cualidades de Marte, el dios de la guerra. Estos montes representan esencialmente los aspectos dinámicos, egoístas y separadores de la personalidad. Hablan de nuestro deseo de sobrevivir, de progresar y de superar los obstáculos y dificultades.
El monte superior de Marte está situado bajo el monte de Mercurio, simbolizando la determinación y la resistencia. Cuando está bien formado y duro al tacto, refleja a una persona valiente y tenaz, que se resiste a que los demás la utilicen o manipulen. Un monte pequeño o suave revela falta de valor y resistencia. Cuando se encuentra en una mano suave y flexible, es fácil «empujar» a esa persona, pues difícilmente sostiene sus derechos. Cuando este monte es extremadamente grande y duro, la violencia y la brutalidad son los componentes mayores del carácter del individuo.
A diferencia del monte superior de Marte, que simboliza la resistencia pasiva, el monte inferior de Marte revela las cualidades de Marte más activas y orientadas hacia el exterior. Situado entre los montes de Júpiter y Venus, se presenta a menudo como un pequeño tumor sobre el lado interior de la articulación del pulgar. Un monte bien desarrollado indica una fuerte autoafirmación y el valor para enfrentarse a los desafíos de la vida y superarlos. Cuando este monte es grande y duro, la persona tiene un temperamento fuerte, además de abundancia de pasión sexual (especialmente si se acompaña de un gran monte de Venus). Un monte pequeño o deficiente indica un individuo básicamente tranquilo, pasivo e introvertido que raramente se enfada con los demás.
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