martes, 26 de mayo de 2009

Profesion y Autorrealizacion

Aunque una buena salud y una relación satisfactoria son las claves más importantes para la felicidad, las encuestas han demostrado que realizarnos en nuestra profesión es una de las preocupaciones personales mas importantes. Sin embargo, a pesar de su importancia, casi todas las personas se sienten frustradas en su trabajo y se encuentran en situaciones laborales aburridas, muy tensas y que ofrecen pocas oportunidades de progreso. Mientras algunas personas deciden «aguantar» en un trabajo insatisfactorio con la vista puesta en la jubilación, otras pasan de un empleo a otro con poco compromiso o concentración.

Idealmente, nuestra profesión debería ser algo más que sólo un trabajo, o que una actividad que contribuye a nuestras necesidades básicas de supervivencia. Debería ser también una vocación, o una actividad que proporcione una sensación de autocumplimiento, autoestima o una contribución a la sociedad. Aunque no es necesario que ocupe todo nuestro talento, tiempo y energía, un trabajo debería contribuir a nuestro bienestar personal, profesional y espiritual. Debería proporcionar placer, estímulo y oportunidades para el crecimiento personal.

Hay varios factores que nos llevan a elegir una profesión que tiene interés para el lector de la mano. La influencia más importante procede probablemente de nuestros padres. Sea consciente o no, esta influencia, el deseo de nuestros padres de vernos en un determinado campo profesional, se considera como un factor de importancia en la elección de la profesión. Muy a menudo, esos «contratos secretos» que hacemos con nuestros padres nos llevan a profesiones que nos resultan totalmente inconvenientes.

Ep otros casos la elección de la profesión implica una rebelión contra la presión de los padres. Muy a menudo abandonamos las primeras áreas de aptitud e interés para mortificar a nuestros padres, áreas que nos podrían haber ofrecido las semillas de una realización profesional. A veces redescubrimos esos intereses y habilidades de la niñez. Por este motivo, los consejeros profesionales sugieren que tomemos conciencia de las decisiones inconscientes que hicimos años atrás, para que podamos responder de nuevo a nuestras emociones e Intereses primarios.

La realización profesional se encuentra con otras barreras. Como primeros «registros parentales», que siguen influyéndonos durante la vida adulta; a menudo albergamos sentimientos de falta de valor y falta de autoestimación (lo que usualmente se muestra en un dedo de Júpiter corto y en la unión de las líneas de la vida y la cabeza). Con mucha frecuencia, el resto de la mano revela una abundancia de talento, habilidad e intereses, mientras la mala imagen de sí misma mina la capacidad de manifestarlos en el mundo. Aunque todos nosotros necesitamos tener en cuenta nuestras limitaciones e imperfecciones, también debemos liberarnos de los viejos sentimientos de falta de valor e inadecuación que a menudo arrastramos desde la niñez.

También es importante poner el trabajo en su perspectiva adecuada. Para muchas personas, su trabajo tiende a compensar una escasa vida social, o puede ser utilizado como una escapatoria a una relación difícil o a cualquier otro problema. Cuando se utiliza el trabajo para evitar otras responsabilidades o como modo de compensar los sentimientos de soledad o desesperanza, a la larga el trabajo no creará un sentimiento de bienestar y satisfacción. También esta tendencia se indica en la mano, especialmente examinando las líneas de unión y del corazón.

La edad tiene mucha relación con nuestra realidad profesional. Cada siete o diez años pasamos por ciclos de vida importantes que reflejan diferentes necesidades personales y profesionales. Aunque varían de acuerdo con cada individuo, algunos ciclos básicos de la vida son los siguientes:

Primeras años (20-30). Un tiempo para las oportunidades y la exploración. Años de construcción (30-40). Un tiempo para solidificar la profesión elegida. Período de cambios dinámicos en la forma de traumas, problemas y desafíos.

Años transicionales (40-50). Un periodo de presión económica reducida, con nuevas oportunidades para el placer y un aumento del deseo de crecimiento personal.

Años de madurez (50-60). A menudo se les considera como años en los que baja el entusiasmo y se produce un declinar, pero también puede ser un período de nuevos descubrimientos y dirección profesional.

Años dorados (60). Considerados usualmente como un período de relajación, soledad o aburrimiento, puede ser también un tiempo para utilizar nuestra experiencia de la vida y la sabiduría acumulada en nuevas áreas de creatividad, placer y servicio.

Estos ciclos demuestran que la vida implica cambios continuos. Necesitamos controlar esos cambios y adaptarnos a nuestras necesidades presentes.

Como en otras áreas de importancia, la mano es una «huella viva» de nuestra vida profesional. La forma y consistencia de la mano, la textura de la piel y la forma y fuerza de los dedos nos informan sobre las habilidades básicas y la dirección de la profesión, mientras que las líneas de la mano (y la de Saturno en particular) revelan el grado en que nos hemos «asentado» en un camino profesional apropiado y la medida en que estamos llevando a cabo nuestra tarea en la vida.

Como las líneas también pueden cambiar, la mano nos puede ofrecer una línea continua con respecto a la dirección de la profesión y la realización personal. Es importante recordar que la «suerte» exterior no crea vocación. Sin embargo, al entrar en contacto con nuestras aspiraciones, talentos y habilidades más profundos, podemos empezar a atraer a personas, oportunidades y circunstancias que abren la puerta a profesiones satisfactorias.

Los tipos básicos de manos reflejan «cualidades nucleares» que nos permiten lograr un propósito en la vida. Al mismo tiempo, una cualidad básica puede señalar también la necesidad de desarrollar una cualidad complementaria o de «sombra» con el fin de obtener un mayor nivel de integración y satisfacción personal. Esto es especialmente cierto cuando nuestro camino profesional nos parece estancado o crónicamente frustrante. Por ejemplo, para un contable cuyas manos cuadradas y dedos nudosos indican capacidad organizativa y un interés por los detalles y el análisis, una alternativa posible sería el trabajar más en relación con el teatro, las artes o un área en la que cualidades complementarias como la intuición, la espontaneidad o la emoción pueden integrarse más en su vida de trabajo. Quizá no implique un cambio total de profesión (es decir, no se trata de pasar de contable a estrella de la pantalla), sino más bien de una modificación, como actuar de manager financiero o consultivo de una compañía de ballet, o el pintar o actuar simplemente como distracción. También aquí, como en todos los casos, hay que recordar que mientras la persona se siente feliz con la vida no existe problema alguno. Pero sí existe una sensación abrumadora de inquietud o frustración, quizá sea necesario desarrollar la «otra cara» de la personalidad.

No hay un modelo rígido para el éxito profesional. La mano «pasiva» revela nuestros talentos y posibilidades, y la mano dominante indica el grado en que en este momento estamos utilizando esas capacidades.

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